Soy venezolana, creo que esa es a razón suficiente para no haber escrito durante todos estos días, tengo la necesidad de poner esta pequeña crónica que hice para una clase, en honor a Venezuela.
Ardo en llamas impidiendo los carros y la guardia se aproximen a los muchachos, puedo estar en distintos lugares y puedo lucir diferente, pero siempre seré la misma ¿sabes por qué? Porque aunque sea construida por distintas personas, siempre tengo un solo propósito, siempre soy fabricada con ímpetu, con el deber de ser la voz que a gritos clama por libertad y justicia, con la tarea de mostrar con humo, fuego y descontento lo que los canales de televisión están callando y asegurarme de que los muchachos tengan al menos unos segundos para correr a esconderse, no me importa ser apagada o apartada, siempre me volverán a armar si la situación lo amerita, cada vez más alta y más fuerte como el valor de los jóvenes que se enfrentan a la muerte todos los días en la calle. Todos los días trago gas lacrimógeno, he visto personas ser disparadas con perdigones y con balas, he visto como algunos pierden los ojos, he grabado en mi memoria sus rostros sudados y pegajosos transformarse con una mueca de terror cuando se ven en la obligación de correr hasta que sienten que se les van a salir ambos pies para que no los alcancen, les den una paliza o cosas incluso peores, los gritos de desesperación, las vuvuzelas, las cacerolas, las consignas son mi voz, los cauchos, viejos árboles de navidad, puertas, tanques de agua, madera y piedras son mi cuerpo y las llamas son mi escudo protector y mi pancarta de reclamos. Esta es mi historia, es cien por ciento real, y así como han ocurrido estas cosas hasta el sol de hoy seguirán ocurriendo por el tiempo que haga falta para que las cosas cambien para bien y nunca más sea necesario volver a nombrarme: Soy Barricada.
Mariana Betancourt Castro
Ardo en llamas impidiendo los carros y la guardia se aproximen a los muchachos, puedo estar en distintos lugares y puedo lucir diferente, pero siempre seré la misma ¿sabes por qué? Porque aunque sea construida por distintas personas, siempre tengo un solo propósito, siempre soy fabricada con ímpetu, con el deber de ser la voz que a gritos clama por libertad y justicia, con la tarea de mostrar con humo, fuego y descontento lo que los canales de televisión están callando y asegurarme de que los muchachos tengan al menos unos segundos para correr a esconderse, no me importa ser apagada o apartada, siempre me volverán a armar si la situación lo amerita, cada vez más alta y más fuerte como el valor de los jóvenes que se enfrentan a la muerte todos los días en la calle. Todos los días trago gas lacrimógeno, he visto personas ser disparadas con perdigones y con balas, he visto como algunos pierden los ojos, he grabado en mi memoria sus rostros sudados y pegajosos transformarse con una mueca de terror cuando se ven en la obligación de correr hasta que sienten que se les van a salir ambos pies para que no los alcancen, les den una paliza o cosas incluso peores, los gritos de desesperación, las vuvuzelas, las cacerolas, las consignas son mi voz, los cauchos, viejos árboles de navidad, puertas, tanques de agua, madera y piedras son mi cuerpo y las llamas son mi escudo protector y mi pancarta de reclamos. Esta es mi historia, es cien por ciento real, y así como han ocurrido estas cosas hasta el sol de hoy seguirán ocurriendo por el tiempo que haga falta para que las cosas cambien para bien y nunca más sea necesario volver a nombrarme: Soy Barricada.
Mariana Betancourt Castro