Me gustan los martes porque no tengo que pisar la estúpida universidad que odio a más no poder últimamente.
Hoy me levanté, hice ejercicio, desayuné y trabajé, sentí que culminé con eso demasiado rápido así que me distraje viendo videos hasta que fuese la hora de almorzar, descansar e irme al pole.
Qué rápido cambia la visión de las cosas cuándo estás pasando por un momento difícil, lo que antes me hubiese angustiado, ya ni me hace cosquillas porque no se compara con el dolor que tengo en mi corazón constantemente, a veces se ausenta para darme espacio para respirar, pero regresa, de forma inevitable.
Pienso en Mulan todos los días, varias veces, muchas veces sonrío, y muchas otras termino llorando, es inevitable sufrir por ella, la amo y la extraño demasiado, no creo haber sentido en mi vida un dolor más agudo que este.
Pero al estar mezclado con la tranquilidad de que no existen remordimientos, es más llevadero, es sólo un mar agitado que eventualmente se calmará y se pondrá tan calmado y claro, que sólo reflejará los recuerdos hermosos que tengo de ella, de mi hermosa bebé.
El ejercicio me ayuda muchísimo, ahora más que nunca necesito mi droga de la felicidad, los martes hago ejercicio dos veces al día (hasta ahora), y sentirme bonita y sexy (aunque golpeada y magullada) con el pole es una gran ventaja.
Hoy al salir del pole estaba lloviendo a cántaros, y me empapé de las rodillas para abajo, menos mal que siempre cargo en el bolso un paraguas, sin importar que tanto pese.
También vi Marley & Me, no por torturarme, sino porque sentía que lo necesitaba, y me hizo muy bien.
Los días siguen siendo grises, pero ahora de vez en cuando se asoma el sol.
Y así irán siendo menos grises hasta que casi todos sean soleados y calurosos, esos eran los días en los que a Mulan le gustaba salir a pasear.
Mariana Betancourt Castro.
Hoy me levanté, hice ejercicio, desayuné y trabajé, sentí que culminé con eso demasiado rápido así que me distraje viendo videos hasta que fuese la hora de almorzar, descansar e irme al pole.
Qué rápido cambia la visión de las cosas cuándo estás pasando por un momento difícil, lo que antes me hubiese angustiado, ya ni me hace cosquillas porque no se compara con el dolor que tengo en mi corazón constantemente, a veces se ausenta para darme espacio para respirar, pero regresa, de forma inevitable.
Pienso en Mulan todos los días, varias veces, muchas veces sonrío, y muchas otras termino llorando, es inevitable sufrir por ella, la amo y la extraño demasiado, no creo haber sentido en mi vida un dolor más agudo que este.
Pero al estar mezclado con la tranquilidad de que no existen remordimientos, es más llevadero, es sólo un mar agitado que eventualmente se calmará y se pondrá tan calmado y claro, que sólo reflejará los recuerdos hermosos que tengo de ella, de mi hermosa bebé.
El ejercicio me ayuda muchísimo, ahora más que nunca necesito mi droga de la felicidad, los martes hago ejercicio dos veces al día (hasta ahora), y sentirme bonita y sexy (aunque golpeada y magullada) con el pole es una gran ventaja.
Hoy al salir del pole estaba lloviendo a cántaros, y me empapé de las rodillas para abajo, menos mal que siempre cargo en el bolso un paraguas, sin importar que tanto pese.
También vi Marley & Me, no por torturarme, sino porque sentía que lo necesitaba, y me hizo muy bien.
Los días siguen siendo grises, pero ahora de vez en cuando se asoma el sol.
Y así irán siendo menos grises hasta que casi todos sean soleados y calurosos, esos eran los días en los que a Mulan le gustaba salir a pasear.
Mariana Betancourt Castro.