Lo se, es miércoles otra vez, pero básicamente mi fin de semana duró hasta ayer, les explico:
El jueves fui a pole, me sentí muy contenta porque al fin logré hacer la palanca que llevaba dos clases intentando, me acosté a dormir agotada y dormí muy bien.
El viernes fue muy genial porque mis amigas del colegio y yo habíamos cuadrado una hermosa pijamada para ver Star Wars, sólo vimos la primera pero no importa, fue genial estar juntas hablando tonterías hasta la madrugada (5 de la mañana para ser específicos, y por eso decidí no ir al inglés al día siguiente)
El jueves fui a pole, me sentí muy contenta porque al fin logré hacer la palanca que llevaba dos clases intentando, me acosté a dormir agotada y dormí muy bien.
El viernes fue muy genial porque mis amigas del colegio y yo habíamos cuadrado una hermosa pijamada para ver Star Wars, sólo vimos la primera pero no importa, fue genial estar juntas hablando tonterías hasta la madrugada (5 de la mañana para ser específicos, y por eso decidí no ir al inglés al día siguiente)
Tomamos ron, comimos porquerías, hablamos pestes de la gente que nos cae mal, nos reímos, en fin. Considero que esta clase de noches son necesarias cada cierto tiempo, porque ayudan a minimizar las cargas que tenemos en nuestras espaldas, porque además de todas las preocupaciones que puede tener un venezolano común, justamente ese día me peleé con el Huracán, aún seguimos peleados, no se como se resolverá esto, prefiero no pensarlo demasiado, el caso es que estar ahí con mis amigas y vivir esa noche diferente me hizo bien, el dolor desapareció, la perspectiva me golpea ahora mucho más temprano que antes, así que asumo que he crecido bastante, eso o estoy aprendiendo a fingir demencia.
A pesar de que mi mamá no estuvo contenta con mi decisión de quedarme el sábado en la casa y no ir al inglés, se le pasó muy rápido porque tuve la oportunidad de ver la serie que seguimos juntas, mucho antes de lo que teníamos planeado, y ese día fue glorioso, no hice más que dormir, ver Star Wars, comer, dormir, ver Star Wars, comer, dormir (se repite al menos dos veces más)
El domingo salí con mi mamá, me acompaño al mercado de Chacao a comprar los ingredientes necesarios para prepararle la torta de cumpleaños a mi papá (así es, esa hermosa torta de la foto la hice yo) y luego de ver How To Get Away With Murder, comimos todos juntos, tal como me gusta, pese a los malos entendidos.
Cuando estoy en la casa de mis papás el tiempo se detiene en un eterno fin de semana, por eso me cuesta el doble seguirle el ritmo a las clases cuando estoy allá, por eso me sentí muy contenta porque el lunes salimos increíblemente temprano de clases y tuve tiempo de trabajar, hacer ejercicio, y adelantar bastantes cosas de la universidad y terminé antes de que se hicieran las 5pm, cosa que otros lunes no sucede.
En la noche me puse a hacer la torta de Yogur para mi papá, mamá iba a ayudarme, pero se encontraba tan cansada del trabajo que le dije que no se preocupara, que me bastaba con su compañía y que me hablara mientras cocinaba.
Y esa noche soñé con el Huracán.
El martes me levanté muy temprano, a pesar de que ese día tampoco tuve clases, para ayudar a mi mamá y hacerle compañía mientras hacíamos el desayuno, pero principalmente para felicitar a mi papá por su cumpleaños, mi hermana se quedó en la casa conmigo porque se sentía muy mal, pero yo terminé teniendo un día muy ocupado, terminé cosas de la universidad, trabajé, fui a comprar cosas al supermercado, limpié, hice el almuerzo y finalmente, decoré la torta. Me acosté tarde y a pesar de que pensé en Mulan, casi no pude dormir.
En la madrugada me levanté con un calambre en las piernas muy fuerte, hasta el punto que me tuve que levantar ha hacerme masajes y golpearlas para que pasara la sensación, pero incluso luego de eso, no pude dormir nada bien, no podía respirar, lo cual es un problemita que siempre he tenido, pero esta vez fue muy fuerte, amanecí con ojeras y los ojos un poco hinchados , lo cual me consternó un poco, porque en el trabajo de cine de hoy, yo era la que se pondría a hablar frente a la cámara. Al bajar, luego de desayunar, y despedirme de mi mamá, todo cobró sentido: le habían roto el vidrio de atrás de la camioneta a mi papá para robarle el reproductor.
Por suerte no lograron llevárselo, ni eso ni algo más, y supuse que fue en la madrugada, un poco antes de que empezara a salir el sol, porque si no, se lo hubiesen llevado. Menos mal que papá ya lo mandó a arreglar y pudo conseguir el repuesto, por suerte.
De resto, fue un día muy bonito, por primera vez en lo que llevamos en quinto año de la carrera, hicimos un trabajo que disfruté bastante, una crítica a una película en la cual me tocó hablar a mi, expresarme y arruinarla de una manera muy infernal, como yo soy todo el tiempo pues.
Trato de distraerme, y lo logro, Welcome to Night Vale me ayuda muchísimo, sólo espero que los demonios no me alcancen pronto, aún tengo energía para correr.
Sin nada más que decir, me despido.
Mariana Betancourt Castro.
A pesar de que mi mamá no estuvo contenta con mi decisión de quedarme el sábado en la casa y no ir al inglés, se le pasó muy rápido porque tuve la oportunidad de ver la serie que seguimos juntas, mucho antes de lo que teníamos planeado, y ese día fue glorioso, no hice más que dormir, ver Star Wars, comer, dormir, ver Star Wars, comer, dormir (se repite al menos dos veces más)
El domingo salí con mi mamá, me acompaño al mercado de Chacao a comprar los ingredientes necesarios para prepararle la torta de cumpleaños a mi papá (así es, esa hermosa torta de la foto la hice yo) y luego de ver How To Get Away With Murder, comimos todos juntos, tal como me gusta, pese a los malos entendidos.
Cuando estoy en la casa de mis papás el tiempo se detiene en un eterno fin de semana, por eso me cuesta el doble seguirle el ritmo a las clases cuando estoy allá, por eso me sentí muy contenta porque el lunes salimos increíblemente temprano de clases y tuve tiempo de trabajar, hacer ejercicio, y adelantar bastantes cosas de la universidad y terminé antes de que se hicieran las 5pm, cosa que otros lunes no sucede.
En la noche me puse a hacer la torta de Yogur para mi papá, mamá iba a ayudarme, pero se encontraba tan cansada del trabajo que le dije que no se preocupara, que me bastaba con su compañía y que me hablara mientras cocinaba.
Y esa noche soñé con el Huracán.
El martes me levanté muy temprano, a pesar de que ese día tampoco tuve clases, para ayudar a mi mamá y hacerle compañía mientras hacíamos el desayuno, pero principalmente para felicitar a mi papá por su cumpleaños, mi hermana se quedó en la casa conmigo porque se sentía muy mal, pero yo terminé teniendo un día muy ocupado, terminé cosas de la universidad, trabajé, fui a comprar cosas al supermercado, limpié, hice el almuerzo y finalmente, decoré la torta. Me acosté tarde y a pesar de que pensé en Mulan, casi no pude dormir.
En la madrugada me levanté con un calambre en las piernas muy fuerte, hasta el punto que me tuve que levantar ha hacerme masajes y golpearlas para que pasara la sensación, pero incluso luego de eso, no pude dormir nada bien, no podía respirar, lo cual es un problemita que siempre he tenido, pero esta vez fue muy fuerte, amanecí con ojeras y los ojos un poco hinchados , lo cual me consternó un poco, porque en el trabajo de cine de hoy, yo era la que se pondría a hablar frente a la cámara. Al bajar, luego de desayunar, y despedirme de mi mamá, todo cobró sentido: le habían roto el vidrio de atrás de la camioneta a mi papá para robarle el reproductor.
Por suerte no lograron llevárselo, ni eso ni algo más, y supuse que fue en la madrugada, un poco antes de que empezara a salir el sol, porque si no, se lo hubiesen llevado. Menos mal que papá ya lo mandó a arreglar y pudo conseguir el repuesto, por suerte.
De resto, fue un día muy bonito, por primera vez en lo que llevamos en quinto año de la carrera, hicimos un trabajo que disfruté bastante, una crítica a una película en la cual me tocó hablar a mi, expresarme y arruinarla de una manera muy infernal, como yo soy todo el tiempo pues.
Trato de distraerme, y lo logro, Welcome to Night Vale me ayuda muchísimo, sólo espero que los demonios no me alcancen pronto, aún tengo energía para correr.
Sin nada más que decir, me despido.
Mariana Betancourt Castro.