Hoy fui feliz, porque no me tocó ir a clases y porque fue día de Pole.
Si, he tenido bastantes problemitas en cuanto a lo sentimental últimamente, y cómo pudieron haber leído en uno de mis post anteriores, mi enferma dependencia a la hormona del amor puede hacer que eso me afecte en exceso, de hecho todavía me afecta porque no logro terminar de arrancarme al señor S de la cabeza.
Considero que aún siento algo por él, pero sumado a eso, es el pique que me quedó por dentro por no haber tenido una oportunidad como se debe vale.
Sumando esto al fastidio de tener que ir a la universidad, la presión del trabajo, la situación del país, entre otras cosas, hace que sienta un mal humor enorme, una tristeza profunda y unas ganas de quedarme en cama eternas.
¿Qué es lo que me da la suficiente fuerza e inspiración para lograr enfrentarme a todo eso? entre muchas cosas como el amor de mi familia y mis amigos, es ponerme retos físicos que me agoten, que se lleven esas malas energías bien lejos y que sólo dejen espacio para lo positivo y lo que me pone contenta.
Porque puede que para algunos no sea gran cosa, pero yo lo pienso así:
Si puedes aguantar hacer mil sentadillas, no hay nada que no puedas hacer.
Si puedes aguantar hacer mil abdominales, no hay prueba que no puedas superar.
Si puedes sudar y ponerte en esta posición de dolor voluntariamente, eres una verdadera heroína.
Si puedes escalar de un tubo, semi desnuda y agarrarte sólo con la fuerza de tus músculos y tu piel, eres lo suficientemente fuerte como para soportar cualquier dolor.
Lo estoy poniendo sólo en el ámbito físico porque es lo que puedo sentir en mi piel, pero a finales del semestre pasado pasé por ciertas porquerías que se hubiesen llevado a mucha gente por delante: dos decepciones amorosas seguidas.
Y a pesar de eso pasé todas mis materias de la universidad, subí el promedio, no dejé de ejercitarme, no dejé de rendir de manera excelente en mi trabajo y además pasé mi curso de inglés.
Si puede que haya mil razones para estar triste, pero hay dos mil para estar feliz y ser fuerte, sólo hay que esforzarse en buscar bien.
Mariana Betancourt Castro.
Si, he tenido bastantes problemitas en cuanto a lo sentimental últimamente, y cómo pudieron haber leído en uno de mis post anteriores, mi enferma dependencia a la hormona del amor puede hacer que eso me afecte en exceso, de hecho todavía me afecta porque no logro terminar de arrancarme al señor S de la cabeza.
Considero que aún siento algo por él, pero sumado a eso, es el pique que me quedó por dentro por no haber tenido una oportunidad como se debe vale.
Sumando esto al fastidio de tener que ir a la universidad, la presión del trabajo, la situación del país, entre otras cosas, hace que sienta un mal humor enorme, una tristeza profunda y unas ganas de quedarme en cama eternas.
¿Qué es lo que me da la suficiente fuerza e inspiración para lograr enfrentarme a todo eso? entre muchas cosas como el amor de mi familia y mis amigos, es ponerme retos físicos que me agoten, que se lleven esas malas energías bien lejos y que sólo dejen espacio para lo positivo y lo que me pone contenta.
Porque puede que para algunos no sea gran cosa, pero yo lo pienso así:
Si puedes aguantar hacer mil sentadillas, no hay nada que no puedas hacer.
Si puedes aguantar hacer mil abdominales, no hay prueba que no puedas superar.
Si puedes sudar y ponerte en esta posición de dolor voluntariamente, eres una verdadera heroína.
Si puedes escalar de un tubo, semi desnuda y agarrarte sólo con la fuerza de tus músculos y tu piel, eres lo suficientemente fuerte como para soportar cualquier dolor.
Lo estoy poniendo sólo en el ámbito físico porque es lo que puedo sentir en mi piel, pero a finales del semestre pasado pasé por ciertas porquerías que se hubiesen llevado a mucha gente por delante: dos decepciones amorosas seguidas.
Y a pesar de eso pasé todas mis materias de la universidad, subí el promedio, no dejé de ejercitarme, no dejé de rendir de manera excelente en mi trabajo y además pasé mi curso de inglés.
Si puede que haya mil razones para estar triste, pero hay dos mil para estar feliz y ser fuerte, sólo hay que esforzarse en buscar bien.
Mariana Betancourt Castro.