Si, se que he dicho esto antes, pero en verdad, me tengo que poner las pilas, en serio he vuelto al blog a publicar todos los días, al menos ne esta sección por lo menos.
He estado distante de este espacio, pero lo bueno de eso es que traigo mucho contenido nuevo, y no me han dejado de pasar cosas, pero son algo delicadas, hablaré de ellas pero no todo de golpe.
El caso es que empecé clases, y se que es el último año y que debería estar muy emocionada y brincando e imaginando cómo me voy a ver con mi toga y mi birrete, la cruda realidad es que no es así, no me siento emocionada para nada de ir cada mañana a ese recinto tortuoso, recibir mis tortuosas clases hasta medio día y planear que tema y cosas haremos para la tesis, todo se remonta a que, en verdad, siempre le he tenido rabia a la universidad, pero también porque decidieron separar al salón con el que estuve los últimos cuatro años para economizar no-se-que-cosa y esa parafernaria de excusas ridículas que sólo se podría plantear una universidad del Opus.
Así que con mi pequeño grupo de compañeros, somos los nuevones en una sección diferente, en la que incluso nos sentamos de un lado diferente del salón y bueno, es totalmente ridículo y me siento muy fuera de lugar, mi momento favorito del día es cuando las clases terminan y me puedo ir al carrizo. En conclusión, este año académico será duro.
Pero también hay que enfocarse en las pequeñas cosas que hacen que cada día sea positivo, tal como hacer ejercicio, jugar, y probar cosas nuevas.
Me metí en clases de Pole Dance, cosa que siempre había querido hacer pero no me había atrevido, y a pesar de que todavía no soy excelente, he aprendido que poco a poco se van logrando las cosas si se tiene perseverancia y ganas, y ser perseverante es una de mis mayores virtudes.
¡Encontré un gatito! O mejor dicho, muchas personas diferentes encontraron un gato que fue abandonado frente a mi edificio, pero como no está muy confiado y aún se siente traicionado por la gente, le damos comida abajo en la calle, yo, una vecina y la conserje del otro edificio, que se hace cargo de otros doce gatos más.
Cabe a destacar que si pudiese empalar a quienes abandonan a los animales porque ya no los quieren, sin arrepentimientos.
En cuanto al tema de el señor S, sigo trabajando en eso, me da rabia que esté siendo una recuperación tan lenta, pero mi tiempo de abstinencia romántica tiene que prolongarse lo más posible. No pienso caer por gafa otra vez en al menos un tiempo y debo aprender a ser más malvada y desconfiada en cuanto a eso se refiere.
Lo demás, lo iré contando con los días, es bueno estar de vuelta.
Mariana Betancourt Castro.
El caso es que empecé clases, y se que es el último año y que debería estar muy emocionada y brincando e imaginando cómo me voy a ver con mi toga y mi birrete, la cruda realidad es que no es así, no me siento emocionada para nada de ir cada mañana a ese recinto tortuoso, recibir mis tortuosas clases hasta medio día y planear que tema y cosas haremos para la tesis, todo se remonta a que, en verdad, siempre le he tenido rabia a la universidad, pero también porque decidieron separar al salón con el que estuve los últimos cuatro años para economizar no-se-que-cosa y esa parafernaria de excusas ridículas que sólo se podría plantear una universidad del Opus.
Así que con mi pequeño grupo de compañeros, somos los nuevones en una sección diferente, en la que incluso nos sentamos de un lado diferente del salón y bueno, es totalmente ridículo y me siento muy fuera de lugar, mi momento favorito del día es cuando las clases terminan y me puedo ir al carrizo. En conclusión, este año académico será duro.
Pero también hay que enfocarse en las pequeñas cosas que hacen que cada día sea positivo, tal como hacer ejercicio, jugar, y probar cosas nuevas.
Me metí en clases de Pole Dance, cosa que siempre había querido hacer pero no me había atrevido, y a pesar de que todavía no soy excelente, he aprendido que poco a poco se van logrando las cosas si se tiene perseverancia y ganas, y ser perseverante es una de mis mayores virtudes.
¡Encontré un gatito! O mejor dicho, muchas personas diferentes encontraron un gato que fue abandonado frente a mi edificio, pero como no está muy confiado y aún se siente traicionado por la gente, le damos comida abajo en la calle, yo, una vecina y la conserje del otro edificio, que se hace cargo de otros doce gatos más.
Cabe a destacar que si pudiese empalar a quienes abandonan a los animales porque ya no los quieren, sin arrepentimientos.
En cuanto al tema de el señor S, sigo trabajando en eso, me da rabia que esté siendo una recuperación tan lenta, pero mi tiempo de abstinencia romántica tiene que prolongarse lo más posible. No pienso caer por gafa otra vez en al menos un tiempo y debo aprender a ser más malvada y desconfiada en cuanto a eso se refiere.
Lo demás, lo iré contando con los días, es bueno estar de vuelta.
Mariana Betancourt Castro.