Hoy es miércoles, lo se significa que tuve un fin de semana muy bueno y hasta ahora una semana bastante ocupada.
El viernes fui a comer donas con Luisella y Valentina, las únicas donas que me gustan, eso quiere decir, por supuesto: maxi donas. Mi idea era irme a la casa de Valentina a jugar luego de merendar, pero como ya entramos en esa adorable época del año dónde a partir de la una de la tarde ya se está poniendo el sol y la efectiva alcaldía no ha colocado luces en mi calle, tuve que irme a mi casa para evitar que me robaran (aunque más que nada por la presión por parte de mi papá porque hace poco asaltaron a mi primo a plena luz del día)
El viernes fui a comer donas con Luisella y Valentina, las únicas donas que me gustan, eso quiere decir, por supuesto: maxi donas. Mi idea era irme a la casa de Valentina a jugar luego de merendar, pero como ya entramos en esa adorable época del año dónde a partir de la una de la tarde ya se está poniendo el sol y la efectiva alcaldía no ha colocado luces en mi calle, tuve que irme a mi casa para evitar que me robaran (aunque más que nada por la presión por parte de mi papá porque hace poco asaltaron a mi primo a plena luz del día)
El sábado me levanté temprano para bañarme para irnos a la clase de inglés, a la que llegamos tarde (cosa que en verdad no me molesta, ya que son demasiadas horas) Últimamente son una tortura, pero ¿qué puedo decir? debo tener el certificado, no puedo dejar de aprender a esta hora. Afortunadamente mi papá nos fue a buscar temprano a mi hermana y a mi, almorzamos con calma mientras una caía una lluvia torrencial, y luego de un rato mi mamá llevó a Gaby a la casa de su amiga y a mi al San Ignacio dónde quedé en encontrarme con el Huracán. El resto fue historia, una historia bastante agradable.
Luego de cenar juntos, mi mamá me buscó, fue entonces cuando hice la decisión de última hora de ir a la fiesta de disfraces a la cual Vicky planeó, también a última hora.
Cuando eres tan bajita como yo (menos de metro y medio) observas que muchos se burlan (no de forma ofensiva ni nada de eso) de tu altura, y te llaman Hobbit, te usan de taburete, etc. No me molesta, de hecho yo misma suelo reírme de eso, tiene muchísimas ventajas, entre ellas: puedes utilizar un disfraz que te compraste a los 16 años y te seguirá quedando como un guante, incluso mejor.
Pero la fiesta no fue tan entretenida, lo cual atribuyo públicamente a la falta de organización, pero hay ciertas cosas que nunca van a cambiar.
El domingo me quedé en mi casa, a mi pesar, estudiando para estas tortuosas dos semanas de parciales que tengo encima, y ocurrió algo muy triste: el cobayito de mi abuelita murió luego de haber estado enfermito desde el jueves, lo íbamos a llevar al veterinario el lunes. Más que todo lloré por mi abuela, le había agarrado un cariño especial a esa criaturita, y la tristeza se puede ver en sus ojos la mayoría del tiempo, trato de consolarla como puedo.
Volviendo al domingo, odio los domingos.
El lunes me levanté a la hora en la que se levantó mi mamá a hacer cosas en la casa: 3:30 am , intenté con todas mis fuerzas volver a dormirme, pero no pude, pese a eso no me levanté de mal humor, ya que estar con ella ayudándola a hacer el desayuno es una forma de pasar un rato con ella.
Pero si estaba muy lenta, extremadamente lenta, hasta el punto en el que se me olvidó mi ipod, lo curioso es que mamá me lo colocó justo al lado del teléfono, agarré el teléfono y no agarré el ipod, la vida me castigó ese día con un aburrido y largo viaje en metro de regreso a mi casa desde la universidad.
Pero no tener mi música tiene algo de positivo, mantiene alejada muchas ilusiones estúpidas que mi cabeza. Ya se imaginarán que estúpidas ilusiones quiero mantener alejadas, pero es normal, apenas lo vi el sábado, necesito mi cuarentena (3 o 4 días) para volver a ponerme fría.
Dejando de lado todas las cosas aburridas que hice ese día (estudiar y trabajar) empecé a escuchar un podcast que Luisella y Valentina tienen siglos recomendándome: Welcome to Nigth Vale, y no puedo creer lo mucho que me gusta, no he dejado de escucharlo desde el lunes, ya voy por el capítulo 16 y es simplemente brillante, les dejaré abajo el link de la lista del primer año.
Otra cosita que he estado considerando es empezar a hacer un podcast , me descargué varias apps para empezar a trabajar en eso a partir de la semana de arriba, que aparte de que estaré sola en la casa, es cuando terminan los horrendos parciales.
El martes fue glorioso, porque no fui a clases, en pole creo que tengo una racha de bloqueo, porque las últimas tres clases no me han salido muchas cosas.
El martes tuvo otra cosa positiva: revisando la gaveta del escritorio encontré el viejo y roto Ipod de mi hermanita, lo cargué y como hermoso resultado, ya no ando aburrida en el transporte público, pero la música de ilusiones no deja de perseguirme, puesto que bueno, me enorgullece decir que mi hermanita tiene buenos gustos en música.
Pero algo que me gusta mucho es toparme con canciones nuevas que hacen que te frenes en seco y te pongas a escuchar, y eso me pasó ayer con "Hurricane" de Bridgit Mendel, por evidentes razones.
Hoy me puedo declarar suertuda, porque por andar de descuidada durmiendo en la primera clase, me levanté muy perezosa y olvidé por completo que había dejado mi cargador con mi pilita de recarga en la parte de atrás del salón, salí corriendo de la otra clase, de un edifico a otro, para buscarlo en el salón: no estaba.
Me devolví a la sede de la universidad, triste, porque es el mejor cargador que he tenido y esa pilita es un recuerdo de aruba también, y fue cuando me topé con una amiga, a la que tuve el valor de preguntarle si sabía dónde buscar las cosas perdidas, una cosa llevó a la otra y al final si pude conseguir mis pertenencias, se las había llevado el handyman a las cosas perdidas del anexo.
Menos mal que me tomé las cosas con calma y no me volví loca como hubiese pasado hace años. I keept it cool .
Sin nada más que decir, luego de una entrada bastante larga, me despido.
Mariana Betancourt Castro.
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