Recuerdo que estaba particularmente emocionada por ver esta película, así que fui a verla con mi hermana y con D, es una muy buena película de suspenso, el primer film de suspenso venezolano hasta donde tengo entendido, y al verla con la mejor compañía posible la recuerdo con mucho cariño.
Esa casa es el inicio y el fin de muchos acontecimientos a lo largo de los años, Dulce es una madre que se esfuerza lo mas posible para mantener equilibrada la humilde vida que lleva con sus hijos Leopoldo y Rodrigo y su esposo Juan José, pero cuando una serie de acontecimientos extraños empiezan a ocurrir, entre ellas el misterioso asesinato de su esposo y la desaparición de uno de sus hijos, que hacen que ella sea encerrada en prisión hasta que cumple la edad suficiente como para pagar casa por cárcel, nuevamente, en aquella casa que empieza a desempolvar y destapar misteriosos y dolorosos recuerdos.
Recuerdo que una de las partes nos sorprendió tanto que mi hermana me volcó el pote de cotufas en el regazo y que yo apretaba la mano de D tan fuertemente que al final le dolía.
No hace falta que me ponga muy explicativa, cuando la vean entenderán que el film habla por si mismo y que además el orgullo que sentirán por ser una película venezolana con una trama brillante y un final inesperado será enorme, tan enorme como el misterio que oculta aquella enorme y vieja casa.
Mariana Betancourt Castro
Esa casa es el inicio y el fin de muchos acontecimientos a lo largo de los años, Dulce es una madre que se esfuerza lo mas posible para mantener equilibrada la humilde vida que lleva con sus hijos Leopoldo y Rodrigo y su esposo Juan José, pero cuando una serie de acontecimientos extraños empiezan a ocurrir, entre ellas el misterioso asesinato de su esposo y la desaparición de uno de sus hijos, que hacen que ella sea encerrada en prisión hasta que cumple la edad suficiente como para pagar casa por cárcel, nuevamente, en aquella casa que empieza a desempolvar y destapar misteriosos y dolorosos recuerdos.
Recuerdo que una de las partes nos sorprendió tanto que mi hermana me volcó el pote de cotufas en el regazo y que yo apretaba la mano de D tan fuertemente que al final le dolía.
No hace falta que me ponga muy explicativa, cuando la vean entenderán que el film habla por si mismo y que además el orgullo que sentirán por ser una película venezolana con una trama brillante y un final inesperado será enorme, tan enorme como el misterio que oculta aquella enorme y vieja casa.
Mariana Betancourt Castro