Esta romántica y peculiar película fue la primera en la que vi actuar al guapo y fantástico Johnny Depp y ¿qué puedo decir? fue amor a primera vista.
Un rico y anciano inventor se siente solo en su enorme mansión en la colina, así que decide fabricar con los materiales que pudo conseguir y su creatividad un hijo, al cual educó y le enseñó los valores de la bondad y la honestidad, lo llamó Edward, pero como ya dije, era algo mayor, y por consecuencias de su avanzada edad, muere sin poder finalizar al joven, el cual queda solo y triste en esa enorme casa con nada más y nada menos que muchas tijeras afiladas y peligrosas en lugar de manos.
Con el pasar de los años una desesperada vendedora de AVON, con la esperanza de encontrar un posible cliente, se acerca hacia ese lugar y se encuentra con esa tenebrosa y abandonada mansión de piedra, que tiene un detalle impresionante: su verde, hermoso y bien cuidado jardín, con sus arbustos de formas increíbles y enormes y sus flores de múltiples colores, al entrar, descubre que todo se encuentra lleno de polvo y suciedad, un completo contraste con lo alegre de afuera, y al subir unas empinadas escaleras, ya no con la esperanza de encontrar a un comprador sino por mera curiosidad, se encuentra con este muchacho pálido, despeinado y con la cara llena de cicatrices, su mirada triste y su completa inocencia hacen que sienta pena y ternura por el pobre Edward, así que decide llevarlo a su casa con su familia.
Es a partir de este punto cuando el joven se empieza a relacionar con el mundo exterior, que aunque esté lleno de color y caras amistosas, contiene maldad, envidia y mucha oscuridad, que fueron de gran impacto para él, conocer este mundo nuevo guiado sólo por su bondad y sus propios instintos puede ser muy positivo pero al mismo tiempo muy peligroso, tanto para él como para los miembros de la familia que lo cuida.
Así es como Edward empieza a experimentar una vida humana basada en el sentimiento más importante de todos: el amor, por quienes lo han cuidado, por lo que ha llegado a lograr al perder el miedo de sus manos y por Kim, la hija mayor de la familia con quienes vive.
Una hermosa película que nos muestra como el amor puede surgir en las situaciones más inesperadas y cómo las personas que por una u otra razón nos puedan intimidar o inspirar temor, pueden ser las más dulces, creativas y brillantes que pudimos conocer.
Los invito a sentarse a verla y dejarse cautivar.
Mariana Betancourt Castro.
Con el pasar de los años una desesperada vendedora de AVON, con la esperanza de encontrar un posible cliente, se acerca hacia ese lugar y se encuentra con esa tenebrosa y abandonada mansión de piedra, que tiene un detalle impresionante: su verde, hermoso y bien cuidado jardín, con sus arbustos de formas increíbles y enormes y sus flores de múltiples colores, al entrar, descubre que todo se encuentra lleno de polvo y suciedad, un completo contraste con lo alegre de afuera, y al subir unas empinadas escaleras, ya no con la esperanza de encontrar a un comprador sino por mera curiosidad, se encuentra con este muchacho pálido, despeinado y con la cara llena de cicatrices, su mirada triste y su completa inocencia hacen que sienta pena y ternura por el pobre Edward, así que decide llevarlo a su casa con su familia.
Es a partir de este punto cuando el joven se empieza a relacionar con el mundo exterior, que aunque esté lleno de color y caras amistosas, contiene maldad, envidia y mucha oscuridad, que fueron de gran impacto para él, conocer este mundo nuevo guiado sólo por su bondad y sus propios instintos puede ser muy positivo pero al mismo tiempo muy peligroso, tanto para él como para los miembros de la familia que lo cuida.
Así es como Edward empieza a experimentar una vida humana basada en el sentimiento más importante de todos: el amor, por quienes lo han cuidado, por lo que ha llegado a lograr al perder el miedo de sus manos y por Kim, la hija mayor de la familia con quienes vive.
Una hermosa película que nos muestra como el amor puede surgir en las situaciones más inesperadas y cómo las personas que por una u otra razón nos puedan intimidar o inspirar temor, pueden ser las más dulces, creativas y brillantes que pudimos conocer.
Los invito a sentarse a verla y dejarse cautivar.
Mariana Betancourt Castro.