Cuando estamos inspirados nos sentamos frente a la computadora a escribir lo que sea que salga de nuestros locos pensamientos, y tenemos la certeza de que va a quedar hermoso... pero ¿qué pasa cuando queremos escribir con todas nuestras fuerzas y no conseguimos la inspiración para hacerlo? si escribimos algo bueno sin inspiración, por más dispuestos y motivados que estemos, no va a salir tan bien. Bueno, yo tuve un profesor que decía que la inspiración era como el deporte, mientras mas ejercicios hagas para dejar fluir tu escritura, la inspiración vendrá mas constantemente, ya que es un ejercicio mental, mientras se tiene la mente mas abierta, mientras mas se sueña despierto, mas inspiración se tiene para escribir.
Una cosa que me frustraba mucho hace como un año o dos era que yo no sentía que escribía tan bien como cuando tenía doce años ¿por qué? porque me faltaba la inspiración, pero he encontrado la respuesta escribiendo esto sin querer, resulta que a los doce años no tenía muchas preocupaciones y sin darme cuenta me podía dar la tarea de no pensar en nada mas que no fuesen mis personajes, mis cuentos, mis pensamientos personales que ponía en papel, ahora las cosas son diferentes, voy a la universidad, me preocupo por problemas exteriores a los que ocurren dentro de mi cabeza, la política, las amistades, la pareja, todo. Así que no es que mi capacidad de conseguir inspiración se agotara, sino que ya mi mente ha madurado un poco y son escasos los momentos en los que me puedo sentar a buscar inspiración como único oficio.
Empecé esto sin nada que decir y creo que he resuelto y salvado a muchos de los que lean esto de sus dudas y miedos en cuanto a su talento.
Vale la pena el dolor de cabeza que queda después de forzarte, no soy tan mala después de todo.
Mariana Betancourt Castro.
Una cosa que me frustraba mucho hace como un año o dos era que yo no sentía que escribía tan bien como cuando tenía doce años ¿por qué? porque me faltaba la inspiración, pero he encontrado la respuesta escribiendo esto sin querer, resulta que a los doce años no tenía muchas preocupaciones y sin darme cuenta me podía dar la tarea de no pensar en nada mas que no fuesen mis personajes, mis cuentos, mis pensamientos personales que ponía en papel, ahora las cosas son diferentes, voy a la universidad, me preocupo por problemas exteriores a los que ocurren dentro de mi cabeza, la política, las amistades, la pareja, todo. Así que no es que mi capacidad de conseguir inspiración se agotara, sino que ya mi mente ha madurado un poco y son escasos los momentos en los que me puedo sentar a buscar inspiración como único oficio.
Empecé esto sin nada que decir y creo que he resuelto y salvado a muchos de los que lean esto de sus dudas y miedos en cuanto a su talento.
Vale la pena el dolor de cabeza que queda después de forzarte, no soy tan mala después de todo.
Mariana Betancourt Castro.