Cómo habrá sido la mirada de Rubin Carter cuando a los 11 años fue sentenciado a asistir a un reformatorio hasta cumplir la mayoría de edad por supuesto robo cuando en realidad defendió a uno de sus amigos con una navaja de Boy Scout de un pedófilo de raza blanca que lo estaba molestando. Cómo se habrá acelerado su corazón cuando escapó del reformatorio se unió al ejército, al terminar sus labores ahí y ser dado de baja decidió regresar a su ciudad natal con el objetivo de convertirse en boxeador profesional, sin embargo un mes después es arrestado por haberse escapado de dicho reformatorio. Cómo habrá sido la evolución de su interioridad durante su estadía en la cárcel, cuando decide estudiar y convertir su cuerpo en arma para lograr ser invencible llenándose de odio.
Durante los años 60 y 70 tenemos en los hechos históricos de la humanidad muchísimos casos en los que se evidencia el racismo en Estados Unidos, algunos son resaltantes y otros, cómo los de Rubin están destinados a llegar a manos de quien sepa investigar.
En los años posteriores a su salida de prisión se pudo ver claramente que se manifiestan los signos de discriminación racial hacia Rubin, uno de los primeros que tuvo más relevancia fue el hecho de que no lo proclamaron campeón de peso medio en el ring de boxeo pese a su espléndido rendimiento debido a que era de raza negra mientras que su contrincante no lo era, sin importar todas sus victorias anteriores obteniéndolas abriéndose paso por su indudable talento y rapidez para derrotar a sus contrincantes, de ahí sale su apodo de boxeador “El Huracán”.
En 1966 Rubin se encontraba bebiendo en un bar y un fan llamado John Carter ofrece llevarlo a su casa a eso de las dos y media (2:30) de la madrugada, no tenían idea de los sucesos alternos que en ese entonces estaban sucediendo. Nadie vio directamente a los atacantes, ni Patty Valentine ni Alfred Bello, quien era un hombre que estaba haciendo guardia frente a ese establecimiento para luego robar la caja registradora, solo vieron que huyeron en un carro blanco lamentablemente muy parecido al de Rubin.
Cuando los policías arrestaron a Rubin y a John los llevaron directamente al hospital donde una de las victimas había sobrevivido, y a pesar de que no veía bien le pidieron que tratara de identificarlos, en el caso de que ellos fueran los atacantes culpables del triple asesinato. Y a pesar de que el testigo argumentó que ninguno había sido, de igual manera los encarcelaron a ambos, el jurado (conformado por blancos llenos de prejuicios) tomaron como testimonio válido la palabra de un par de ladrones que años después se retractaron, sin embargo en ese momento a Rubin lo sentenciaron a tres cadenas perpetuas.
Cuando el tema salió a la luz pública, hubo muchas manifestaciones por parte de la población negra, ejerciendo presión para que el caso de Rubin se re abriera, incluso el cantautor Bob Dylan compuso la canción “Hurricane” en el año 1975, en apoyo al boxeador. Tras recibir apoyo de muchas entidades importantes y líderes influenciadores de la comunidad negra, el caso se re abrió el 7 de noviembre de 1985, en dónde el nuevo jurado, al realizar las debidas investigaciones pudieron comprobar que la evidencia del primer juicio fue manipulada, hubo corrupción por parte de la policía y declaraciones manipuladas y, además, que era evidente la cantidad de prejuicios raciales, así que se le concedió la libertad inmediatamente. Pese a que tenía todo en su contra en el momento, la perseverancia de quienes defendieron sus derechos humanos y su inocencia hizo que fuese posible que este hombre saliese de prisión y se redimiera.
Rubin vivió en Toronto, dónde se dedicó a dar charlas motivacionales y fue fundador de la Association in Defence of the Wrongly Convicted, falleció el 20 de Abril del 2014, tras luchar con un cáncer de próstata desde hacía dos años.
Mariana Betancourt Castro
Durante los años 60 y 70 tenemos en los hechos históricos de la humanidad muchísimos casos en los que se evidencia el racismo en Estados Unidos, algunos son resaltantes y otros, cómo los de Rubin están destinados a llegar a manos de quien sepa investigar.
En los años posteriores a su salida de prisión se pudo ver claramente que se manifiestan los signos de discriminación racial hacia Rubin, uno de los primeros que tuvo más relevancia fue el hecho de que no lo proclamaron campeón de peso medio en el ring de boxeo pese a su espléndido rendimiento debido a que era de raza negra mientras que su contrincante no lo era, sin importar todas sus victorias anteriores obteniéndolas abriéndose paso por su indudable talento y rapidez para derrotar a sus contrincantes, de ahí sale su apodo de boxeador “El Huracán”.
En 1966 Rubin se encontraba bebiendo en un bar y un fan llamado John Carter ofrece llevarlo a su casa a eso de las dos y media (2:30) de la madrugada, no tenían idea de los sucesos alternos que en ese entonces estaban sucediendo. Nadie vio directamente a los atacantes, ni Patty Valentine ni Alfred Bello, quien era un hombre que estaba haciendo guardia frente a ese establecimiento para luego robar la caja registradora, solo vieron que huyeron en un carro blanco lamentablemente muy parecido al de Rubin.
Cuando los policías arrestaron a Rubin y a John los llevaron directamente al hospital donde una de las victimas había sobrevivido, y a pesar de que no veía bien le pidieron que tratara de identificarlos, en el caso de que ellos fueran los atacantes culpables del triple asesinato. Y a pesar de que el testigo argumentó que ninguno había sido, de igual manera los encarcelaron a ambos, el jurado (conformado por blancos llenos de prejuicios) tomaron como testimonio válido la palabra de un par de ladrones que años después se retractaron, sin embargo en ese momento a Rubin lo sentenciaron a tres cadenas perpetuas.
Cuando el tema salió a la luz pública, hubo muchas manifestaciones por parte de la población negra, ejerciendo presión para que el caso de Rubin se re abriera, incluso el cantautor Bob Dylan compuso la canción “Hurricane” en el año 1975, en apoyo al boxeador. Tras recibir apoyo de muchas entidades importantes y líderes influenciadores de la comunidad negra, el caso se re abrió el 7 de noviembre de 1985, en dónde el nuevo jurado, al realizar las debidas investigaciones pudieron comprobar que la evidencia del primer juicio fue manipulada, hubo corrupción por parte de la policía y declaraciones manipuladas y, además, que era evidente la cantidad de prejuicios raciales, así que se le concedió la libertad inmediatamente. Pese a que tenía todo en su contra en el momento, la perseverancia de quienes defendieron sus derechos humanos y su inocencia hizo que fuese posible que este hombre saliese de prisión y se redimiera.
Rubin vivió en Toronto, dónde se dedicó a dar charlas motivacionales y fue fundador de la Association in Defence of the Wrongly Convicted, falleció el 20 de Abril del 2014, tras luchar con un cáncer de próstata desde hacía dos años.
Mariana Betancourt Castro