Es gracioso sentir tantas cosas al mismo tiempo, entre ellas la sensación de que simplemente necesitas apoyar las manos en un teclado o en una hoja de papel porque las palabras pican en las articulaciones de los dedos pidiendo a gritos por salir, reclamando su lugar en algún sitio para quedar plasmadas y así solidificar esta ola de felicidad, de cariño, de ansias en algo que quizás pueda ser tan sólo un montón de palabras al azar o puede ser algo como para convertirse en canción, en algo que quizás alguien use como referencia para poder expresar lo que habita en su interior algún día.
Hay veces en las que, cómo el vapor que se condensa y se convierte en lluvia, las palabras que no podemos decir se transforman en lágrimas, es mucho mas agradable cuando se transforman en lágrimas de felicidad, ya que siempre me ha parecido que no duelen al salir y son mucho mas grandes que las que se usan para llorar de tristeza, mi abuela me decía que usualmente es así porque cuando uno llora de tristeza, llora en mayor cantidad y por eso el mismo cuerpo almacena más lágrimas para usarlas por un período mas largo de tiempo, en cambio las lágrimas de felicidad son mas grandes porque usualmente no se llora por estar feliz, en realidad no se llora simplemente por sentir felicidad, sino que esas lágrimas grandes, están llenas de las palabras que no supimos como decir al sentir tal arrebato de regocijo.
Quizás yo tengo demasiado que decir ya que hoy esas lágrimas me tomaron por sorpresa y me he puesto a escribir esto, que en este momento no se que sea, pero me hace feliz hacerlo, había olvidado que las lágrimas no sólo salen porque te rompen en pedazos o porque te dañan, sino porque te curan y te hacen sentir feliz también.
Mariana Betancourt Castro
Hay veces en las que, cómo el vapor que se condensa y se convierte en lluvia, las palabras que no podemos decir se transforman en lágrimas, es mucho mas agradable cuando se transforman en lágrimas de felicidad, ya que siempre me ha parecido que no duelen al salir y son mucho mas grandes que las que se usan para llorar de tristeza, mi abuela me decía que usualmente es así porque cuando uno llora de tristeza, llora en mayor cantidad y por eso el mismo cuerpo almacena más lágrimas para usarlas por un período mas largo de tiempo, en cambio las lágrimas de felicidad son mas grandes porque usualmente no se llora por estar feliz, en realidad no se llora simplemente por sentir felicidad, sino que esas lágrimas grandes, están llenas de las palabras que no supimos como decir al sentir tal arrebato de regocijo.
Quizás yo tengo demasiado que decir ya que hoy esas lágrimas me tomaron por sorpresa y me he puesto a escribir esto, que en este momento no se que sea, pero me hace feliz hacerlo, había olvidado que las lágrimas no sólo salen porque te rompen en pedazos o porque te dañan, sino porque te curan y te hacen sentir feliz también.
Mariana Betancourt Castro