Mi papá y mi hermana dicen que soy distraída y despistada, puede que sea cierto pero eso no define lo que soy, simplemente me gusta estar fuera de mi casa, visitando mis lugares favoritos, conociendo nuevos, haciendo diligencias mías, en fin, estar fuera mientras puedo porque se que llegará un momento de mi vida en el que mi mayor anhelo desde que me ponga un pie en la calle hasta que llegue a mi casa va a ser tumbarme en la cama a dormir, y a pesar de eso, no dejaré que mi vida se convierta en una rutina tan corriente, por eso aprovecho y administro meticulosamente mi tiempo para realizar todos mis deberes y actividades pendientes y estar lo más lejos posible de las cuatro paredes de mi cuarto.
Me enferma quedarme enteramente en casa mas de dos días, y entiendo que salir a cualquier hora sea un gran riesgo en el país en el que vivo, incluso a plena luz del día, cuando los rincones mas oscuros están iluminados, Venezuela es cada día mas peligrosa, cada día mas difícil, y si, es verdad que en el instante que pones un pie en la calle estás en peligro de perder tus posesiones materiales, dignidad o peor, la vida. Suena horrible porque es horrible, pero si me pongo a pensar únicamente en lo malo ¿que sentido tendría vivir? me amargaría, me escondería de todo, de lo que pasa en el exterior, me aislaría y haría únicamente cosas que no representen ningún peligro, me niego a hacerlo, tampoco es que voy a salir de fiesta a una discoteca de Tocorón pero me niego a que me quiten el derecho de caminar por donde mi sentido común me diga que corro menos riesgo, también rechazo rotundamente el caso de que si lo hago me tachen de distraída en mi propia casa, por esa clase de amargue es que mi hermana de 15 años se está convirtiendo en una vieja amargada interiormente, con miedo de todo y todos y con rechazo hacia las cosas nuevas.
Al diablo saben, amargándome la vida no voy a conseguir que maten a menos personas en la calle cada día, o que los índices de delincuencia bajen, simplemente haré lo de siempre, no pasarme de loca y desviarme a lugares en los que no tengo nada que buscar y seguir escapando de la apatía y las carotas que usualmente me aguardan en mi casa.
Prefiero ser una distraída a una amargada.
Mariana Betancourt Castro
Me enferma quedarme enteramente en casa mas de dos días, y entiendo que salir a cualquier hora sea un gran riesgo en el país en el que vivo, incluso a plena luz del día, cuando los rincones mas oscuros están iluminados, Venezuela es cada día mas peligrosa, cada día mas difícil, y si, es verdad que en el instante que pones un pie en la calle estás en peligro de perder tus posesiones materiales, dignidad o peor, la vida. Suena horrible porque es horrible, pero si me pongo a pensar únicamente en lo malo ¿que sentido tendría vivir? me amargaría, me escondería de todo, de lo que pasa en el exterior, me aislaría y haría únicamente cosas que no representen ningún peligro, me niego a hacerlo, tampoco es que voy a salir de fiesta a una discoteca de Tocorón pero me niego a que me quiten el derecho de caminar por donde mi sentido común me diga que corro menos riesgo, también rechazo rotundamente el caso de que si lo hago me tachen de distraída en mi propia casa, por esa clase de amargue es que mi hermana de 15 años se está convirtiendo en una vieja amargada interiormente, con miedo de todo y todos y con rechazo hacia las cosas nuevas.
Al diablo saben, amargándome la vida no voy a conseguir que maten a menos personas en la calle cada día, o que los índices de delincuencia bajen, simplemente haré lo de siempre, no pasarme de loca y desviarme a lugares en los que no tengo nada que buscar y seguir escapando de la apatía y las carotas que usualmente me aguardan en mi casa.
Prefiero ser una distraída a una amargada.
Mariana Betancourt Castro