Estos dos días se ha desatado una tormenta en mis pensamientos, cosa que estoy tratando de calmar poco a poco, teniendo grandes cantidades de paciencia que no había tenido antes, ya que eso es lo más valiente e inteligente que puedo hacer en este estratégico juego de pelota.
Anoche fui a la casa de Fefy para elaborar ciertas cosas de la tesis, cosa que hicimos a medias porque nuestra universidad aún no nos ha dado las herramientas necesarias como para seguir avanzando, y pretenden que uno mágicamente saque todo perfecto. Pero en cuanto a lo que fue quedarme a dormir, fue muy divertido, esta mañana nos levantamos y preparamos oreo frita (mi nueva especialidad) para el desayuno, junto con unas panquecas que me quedaron mundiales.
Al llegar a casa hice ejercicio, trabajé e hice algunas cosas para la universidad, y finalmente fui al pole, del cual salí sumamente cansada.
Descubrí que dos de las compañeras con las que más hablaba, aparte de Eme, aún están en el colegio, y están tatuadas, hacen pole dance y tienen piercings en la nariz, lo que al momento de reflexionar me hace pensar: que idiota y polla (gafita, nerda, etc) era, menos mal que me he desatado un poco, porque si no, seré la abuela más aburrida del mundo cuando me toque contarle a mis nietos cómo fue mi vida en este horrendo país distópico.
Mariana Betancourt Castro.
Anoche fui a la casa de Fefy para elaborar ciertas cosas de la tesis, cosa que hicimos a medias porque nuestra universidad aún no nos ha dado las herramientas necesarias como para seguir avanzando, y pretenden que uno mágicamente saque todo perfecto. Pero en cuanto a lo que fue quedarme a dormir, fue muy divertido, esta mañana nos levantamos y preparamos oreo frita (mi nueva especialidad) para el desayuno, junto con unas panquecas que me quedaron mundiales.
Al llegar a casa hice ejercicio, trabajé e hice algunas cosas para la universidad, y finalmente fui al pole, del cual salí sumamente cansada.
Descubrí que dos de las compañeras con las que más hablaba, aparte de Eme, aún están en el colegio, y están tatuadas, hacen pole dance y tienen piercings en la nariz, lo que al momento de reflexionar me hace pensar: que idiota y polla (gafita, nerda, etc) era, menos mal que me he desatado un poco, porque si no, seré la abuela más aburrida del mundo cuando me toque contarle a mis nietos cómo fue mi vida en este horrendo país distópico.
Mariana Betancourt Castro.