Pasaron otros tres días y no pude escribir, aunque existen las razones, no son excusas.
Hay una gata en mi edificio que está recién parida, es muy pequeña y es muy arisca, la llamé Ingrata, y desde el lunes le estoy bajando comida al estacionamiento, dónde en un rinconcito tiene escondidos a sus bebés: Garfield y Sirius. Cómo me he estado quedando en santa fe esta semana también porque apenas terminé de editar el video el miércoles, me he encargado personalmente de bajarles la comidita, el agua y cuidar de ellos, a pesar de que las miradas de odio de Ingrata me perforan el corazón.
La mañana del martes fui un poco más temprano a la universidad para reunirme con mi grupo de trabajo, pero los ánimos se vinieron abajo cuando la mamá de Fefy la llamó para decirle que su tío se había puesto peor, y que tenían que irse de inmediato a la clínica. Cuestión que los que quedamos discutimos el asunto, repartimos los puntos y por supuesto dejamos a nuestra amiga sin obligaciones, no estaba en condiciones para preocuparse.
Al llegar a la casa hice ejercicio, trabajé un poco y luego me di un baño con agua caliente, porque tenía frío, pero algo extraño pasaba, por más que me bañaba con el agua bien caliente, seguía teniendo frío, al salir de la ducha estaba temblando de manera descontrolada, era un frío inmenso e infinito que me caló hasta los huesos, tenía el presentimiento de que algo estaba pasando, y en efecto: una hora después fefy nos dijo que su tío había muerto.
El miércoles fue un día muy común, hasta que en la tarde fuimos al velorio.
Fue duro ir, detesto el cementerio del este con todo mi corazón, pero me sentí bien de estar ahí para mi amiga, y darle el pésame a toda su familia, la banda le hizo un pequeño homenaje, dirigido por Gaby, la hermanita menor de Fefy, que casi me saca lágrimas, porque en verdad fue muy hermoso y la niña fue muy fuerte.
Hoy, me quedé en casa, me dio fastidio ir a clases, y bachaquié por todos los supermercados cercanos buscando insumos, pero sólo conseguí carne regulada y arroz, queso, jamón, limpia pisos y unas latas de atún.
He tenido mucho tiempo para pensar en muchas cosas, y entiendo que aunque me duela, debo ponerle fin a ciertas cosas, porque simplemente ya no funcionan, ya no son lo mismo que solían ser.
Pero eso no significa que no lo ame...
Mariana Betancourt Castro
Hay una gata en mi edificio que está recién parida, es muy pequeña y es muy arisca, la llamé Ingrata, y desde el lunes le estoy bajando comida al estacionamiento, dónde en un rinconcito tiene escondidos a sus bebés: Garfield y Sirius. Cómo me he estado quedando en santa fe esta semana también porque apenas terminé de editar el video el miércoles, me he encargado personalmente de bajarles la comidita, el agua y cuidar de ellos, a pesar de que las miradas de odio de Ingrata me perforan el corazón.
La mañana del martes fui un poco más temprano a la universidad para reunirme con mi grupo de trabajo, pero los ánimos se vinieron abajo cuando la mamá de Fefy la llamó para decirle que su tío se había puesto peor, y que tenían que irse de inmediato a la clínica. Cuestión que los que quedamos discutimos el asunto, repartimos los puntos y por supuesto dejamos a nuestra amiga sin obligaciones, no estaba en condiciones para preocuparse.
Al llegar a la casa hice ejercicio, trabajé un poco y luego me di un baño con agua caliente, porque tenía frío, pero algo extraño pasaba, por más que me bañaba con el agua bien caliente, seguía teniendo frío, al salir de la ducha estaba temblando de manera descontrolada, era un frío inmenso e infinito que me caló hasta los huesos, tenía el presentimiento de que algo estaba pasando, y en efecto: una hora después fefy nos dijo que su tío había muerto.
El miércoles fue un día muy común, hasta que en la tarde fuimos al velorio.
Fue duro ir, detesto el cementerio del este con todo mi corazón, pero me sentí bien de estar ahí para mi amiga, y darle el pésame a toda su familia, la banda le hizo un pequeño homenaje, dirigido por Gaby, la hermanita menor de Fefy, que casi me saca lágrimas, porque en verdad fue muy hermoso y la niña fue muy fuerte.
Hoy, me quedé en casa, me dio fastidio ir a clases, y bachaquié por todos los supermercados cercanos buscando insumos, pero sólo conseguí carne regulada y arroz, queso, jamón, limpia pisos y unas latas de atún.
He tenido mucho tiempo para pensar en muchas cosas, y entiendo que aunque me duela, debo ponerle fin a ciertas cosas, porque simplemente ya no funcionan, ya no son lo mismo que solían ser.
Pero eso no significa que no lo ame...
Mariana Betancourt Castro