El jueves no fue un buen día para mi, por eso no escribí.
El viernes fui a clases y luego a la casa de mi abuela, hice ejercicio, almorcé y me fui (cabe a destacar que mi profesor/jefe me escribió para que cambiara algo del trabajo y le hice caso omiso)
Por supuesto, llegué a casa de Valentina, en dónde jugué un rato largo Castlevania mientras caía el soberano diluvio, cabe a destacar que toda la semana espero a que lleguen los viernes sólo para irme a la casa de mi mejor amiga a jugar y estar con ella riéndome horas, y luego irme a mi casa, alimentar al gato y ver a mi familia.
El sábado fue cuando las cosas se pusieron realmente interesantes y aquí vengo a citar los acontecimientos (perdóname mamá si me estás leyendo)
El viernes fui a clases y luego a la casa de mi abuela, hice ejercicio, almorcé y me fui (cabe a destacar que mi profesor/jefe me escribió para que cambiara algo del trabajo y le hice caso omiso)
Por supuesto, llegué a casa de Valentina, en dónde jugué un rato largo Castlevania mientras caía el soberano diluvio, cabe a destacar que toda la semana espero a que lleguen los viernes sólo para irme a la casa de mi mejor amiga a jugar y estar con ella riéndome horas, y luego irme a mi casa, alimentar al gato y ver a mi familia.
El sábado fue cuando las cosas se pusieron realmente interesantes y aquí vengo a citar los acontecimientos (perdóname mamá si me estás leyendo)
En la mañana nos levantamos temprano para irnos a la clase de inglés, mi hermanita se inscribió y quedó en el nivel intermedio dos, resulta que me bañé en treinta segundos, desayunamos apuradas en la panadería, fuimos a llevarle el desayuno a mi papá, alimenté al gato gordo malandro del estacionamiento, y bueno, cuando llegamos a nuestro destino me consigo con mis amiguitos del curso y me dicen que no hay clases, y nadie de tuvo la decencia de avisarnos por un correo, un mensaje de texto, nada. Tuve que llamar a mi mamá para que nos buscara, fuimos a la casa a dejar a mi hermana para que terminara de hacer tarea y ella y yo nos fuimos al super mercado a pasar roncha por los desdichados productos regulados, resultado: dos horas en cola.
Llegamos hiper cansadas y con mucha hambre a la casa, pero teníamos que reponernos porque en la noche teníamos que ir al cine esa noche. Así que nos fuimos a comer, por primera vez en siglos, a Pizza Hut, y fue lo mejor que pudimos hacer, comimos como unas bestias y hasta sobró comida. Luego nos fuimos a los naranjos, esperamos el debido tiempo para entrar a la sala y vimos nuestra película.
Luego de eso me llevaron a la casa de Valentina, dónde ya habíamos cuadrado una pijamada con Faby, Andrea y Vicky, y empezamos a tomar y a hablar, y a tomar y a hablar, y a tomar...
El caso es que todas nos emborrachamos, y llegué a mi cúspide, se que debe de existir un nivel de borrachera más arriba del que yo tuve, pero no lo quiero experimentar:
Si le mandé mensajes un poquito indecentes al Huracán, pero nada de lo que deba arrepentirme.
Vomité 5 veces de las cuales sólo me acuerdo de haber vomitado 4.
Lloré demasiado por Mulan, por el miedo que tengo a que Valentina que vaya y porque, en fin, llevaba demasiado tiempo siendo fuerte y me rompí en pedazos.
También descubrí que soy la ebria más ordenada del mundo porque Valentina quebró una botella de ron y yo fui la que recogió los pedazos de vidrio mientras la hermana pasaba coleto, cuando vomité siempre lo hice en la poceta, no me quedé dormida en el piso, y estaba preocupada por limpiar los bordes de la poceta que había ensuciado.
Por supuesto al día siguiente el ratón no fue normal, tenía hambre pero al mismo tiempo no tenía hambre, quería dormir (puesto que amanecimos luego de que se me pasó lo peor hablando y riéndonos) pero no podía, y hasta el sol de hoy me sentí rancia.
Lo volvemos a repetir el fin de semana que viene.
Hoy fue un día caótico en la universidad puesto que empezaron las clases para todos los niveles, nos cambiaron de salón a uno en el que hacía demasiado calor al principio y luego hacía demasiado frío, me aburrí tanto en clases que me dormí en una, al llegar a mi casa me costó hacer ejercicio porque me estaba muriendo de hambre y no tenía energía, trabajé y adelanté un pelo de trabajo para mañana (que agradezco no tener clases) y ahora simplemente espero a que se termine de cargar una película para verla y que llegue mi hora de dormir.
Puede que los miedos no hayan terminado de desaparecer, pero dejar de reprimirlos me hizo bien.
Mariana Betancourt Castro.
Llegamos hiper cansadas y con mucha hambre a la casa, pero teníamos que reponernos porque en la noche teníamos que ir al cine esa noche. Así que nos fuimos a comer, por primera vez en siglos, a Pizza Hut, y fue lo mejor que pudimos hacer, comimos como unas bestias y hasta sobró comida. Luego nos fuimos a los naranjos, esperamos el debido tiempo para entrar a la sala y vimos nuestra película.
Luego de eso me llevaron a la casa de Valentina, dónde ya habíamos cuadrado una pijamada con Faby, Andrea y Vicky, y empezamos a tomar y a hablar, y a tomar y a hablar, y a tomar...
El caso es que todas nos emborrachamos, y llegué a mi cúspide, se que debe de existir un nivel de borrachera más arriba del que yo tuve, pero no lo quiero experimentar:
Si le mandé mensajes un poquito indecentes al Huracán, pero nada de lo que deba arrepentirme.
Vomité 5 veces de las cuales sólo me acuerdo de haber vomitado 4.
Lloré demasiado por Mulan, por el miedo que tengo a que Valentina que vaya y porque, en fin, llevaba demasiado tiempo siendo fuerte y me rompí en pedazos.
También descubrí que soy la ebria más ordenada del mundo porque Valentina quebró una botella de ron y yo fui la que recogió los pedazos de vidrio mientras la hermana pasaba coleto, cuando vomité siempre lo hice en la poceta, no me quedé dormida en el piso, y estaba preocupada por limpiar los bordes de la poceta que había ensuciado.
Por supuesto al día siguiente el ratón no fue normal, tenía hambre pero al mismo tiempo no tenía hambre, quería dormir (puesto que amanecimos luego de que se me pasó lo peor hablando y riéndonos) pero no podía, y hasta el sol de hoy me sentí rancia.
Lo volvemos a repetir el fin de semana que viene.
Hoy fue un día caótico en la universidad puesto que empezaron las clases para todos los niveles, nos cambiaron de salón a uno en el que hacía demasiado calor al principio y luego hacía demasiado frío, me aburrí tanto en clases que me dormí en una, al llegar a mi casa me costó hacer ejercicio porque me estaba muriendo de hambre y no tenía energía, trabajé y adelanté un pelo de trabajo para mañana (que agradezco no tener clases) y ahora simplemente espero a que se termine de cargar una película para verla y que llegue mi hora de dormir.
Puede que los miedos no hayan terminado de desaparecer, pero dejar de reprimirlos me hizo bien.
Mariana Betancourt Castro.