Creo que ya he mencionado que soy una persona perceptiva al punto en el que soy capaz de asustar.
En palabras cortas: esta mañana amanecí enojada. Pero era una rabia interna que me carcomía y no se por qué todo lo que hacía era pensar en D.
Pero una parte de mi se preguntaba ¿Pero por qué estoy brava con él si últimamente me ha tratado como una reina? O sea, de verdad no entendía, pensé en todas las personas que conocía y solamente al llegar a D era que la ira hacía que me hirviera la sangre, lo dejé de ese tamaño, agradecí que D no me hubiese hablado hasta el momento y le eché la culpa a los nervios por la reunión del trabajo nuevo, el mercurio retrógrado, en fin.
Como hoy no tuve clases, me quedé a desayunar con mis abuelitos, esta mañana la abuela se puso artística e hizo unos huevitos con jamón, queso, crema, tomate, papa, de todo, y lo puso en el horno, y comimos eso con arepa, resultado: mejor desayuno del mundo.
Luego, como aún me quedaba un poco de tiempo, empecé a hacer unos tweets para el trabajo, y luego me fui a la reunión con mi profe y la socia en canadá. Todo bonito, todo bien.
Y casi al momento de salir, fue que comprendí por qué era mi ira irracional.
D tuvo un problema con su mamá y la mujercita vino a hablarme basura de él.
No me llevo bien con su mamá, no me cae bien, mientras más lejos esté de mi mejor. Y la señora ha agarrado la costumbre de llamarme pidiéndome ayuda para "arreglar" a su hijo, y hoy me harté. Ya he tenido demasiados problemas con él, y le estoy dando un voto de confianza para ciertas cosas, como para que venga esta jeva a hablar basura de su propio hijo y decirme que lo enmende. Así que de manera educada, como me enseñaron mi mamá y mi papá, la mandé a bañarse y a confiar en su hijo, a lo que ella me respondió: inmadura.
ME.RIO.DE.JANEIRO.
Lo dejaré de ese tamaño (señora por Dios)
De resto mi día fue normal, en cuanto le conté a D lo ocurrido, y luego de que me hiciera prometer que no diría nada,me sentí mejor, fue ahí cuando comprendí que eso era lo que me pasaba, y de verdad entendí que es lo que tiene que vivir el pobre D todos los días al convivir con esa mujer.
En fin, ya, ahora si que no tengo mas nada que decir, me despido.
Mariana Betancourt Castro.
En palabras cortas: esta mañana amanecí enojada. Pero era una rabia interna que me carcomía y no se por qué todo lo que hacía era pensar en D.
Pero una parte de mi se preguntaba ¿Pero por qué estoy brava con él si últimamente me ha tratado como una reina? O sea, de verdad no entendía, pensé en todas las personas que conocía y solamente al llegar a D era que la ira hacía que me hirviera la sangre, lo dejé de ese tamaño, agradecí que D no me hubiese hablado hasta el momento y le eché la culpa a los nervios por la reunión del trabajo nuevo, el mercurio retrógrado, en fin.
Como hoy no tuve clases, me quedé a desayunar con mis abuelitos, esta mañana la abuela se puso artística e hizo unos huevitos con jamón, queso, crema, tomate, papa, de todo, y lo puso en el horno, y comimos eso con arepa, resultado: mejor desayuno del mundo.
Luego, como aún me quedaba un poco de tiempo, empecé a hacer unos tweets para el trabajo, y luego me fui a la reunión con mi profe y la socia en canadá. Todo bonito, todo bien.
Y casi al momento de salir, fue que comprendí por qué era mi ira irracional.
D tuvo un problema con su mamá y la mujercita vino a hablarme basura de él.
No me llevo bien con su mamá, no me cae bien, mientras más lejos esté de mi mejor. Y la señora ha agarrado la costumbre de llamarme pidiéndome ayuda para "arreglar" a su hijo, y hoy me harté. Ya he tenido demasiados problemas con él, y le estoy dando un voto de confianza para ciertas cosas, como para que venga esta jeva a hablar basura de su propio hijo y decirme que lo enmende. Así que de manera educada, como me enseñaron mi mamá y mi papá, la mandé a bañarse y a confiar en su hijo, a lo que ella me respondió: inmadura.
ME.RIO.DE.JANEIRO.
Lo dejaré de ese tamaño (señora por Dios)
De resto mi día fue normal, en cuanto le conté a D lo ocurrido, y luego de que me hiciera prometer que no diría nada,me sentí mejor, fue ahí cuando comprendí que eso era lo que me pasaba, y de verdad entendí que es lo que tiene que vivir el pobre D todos los días al convivir con esa mujer.
En fin, ya, ahora si que no tengo mas nada que decir, me despido.
Mariana Betancourt Castro.